sábado, 23 de abril de 2016

El abuelo





El recuerdo del abuelo era ya una sombra desvaída, el de comentarios que se oyeron en la infancia y la primera juventud. En la memoria dejó los trazos rudos de un pueblo del secano: años dolorosos de carencia y brutalidad, de vida casi rupestre, con el olor del alperchín en la ropa y de las albercas en verano; la desnudez en el río; la soledad metiéndose siempre en todo bajo las chumberas al sol.

Pero entre los papeles de mi padre he encontrado pliegos de papel del abuelo con dibujos a lápiz. Ahí se levanta el alma que tocaba con sencillez las cosas: el burro joven, las rosas, el jilguero, la mirada de una mujer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Le recomendaría que no perdiera esos dibujos, incluso que enmarcará alguno para ponerlo a la vista de Ud. También somos lo que sintieron aquellos que quisimos.

Anónimo dijo...

Le recomendaría que no perdiera esos dibujos, incluso que enmarcará alguno para ponerlo a la vista de Ud. También somos lo que sintieron aquellos que quisimos.